Un corazón roto es un reloj sin manecillas



Un corazón roto es igual que un reloj sin manecillas. Oyes el tic tac, tic tac, tic tac, pero nunca sabes qué hora es. Así es con el sufrimiento. Lloras y luego lloras un poco más, pero no sabes cuánto te falta para que termine.

Ella se fue con otro tipo. No es más alto que yo, pero le presta más atención. Sabe cuál es la última película que vio en la tele y la acompañó a esa cita con el doctor. Yo no estaba allí aunque la amaba, aunque daría mi brazo derecho por volver a oírla reír de mis chistes.

Y es que nena desde que no te tengo mi vida es un desastre. Dime qué hacer con ella. Sólo puedo pensar en que te fuiste tan lejos que le faltan pedales a mi bicicleta para alcanzarte.

¿Recuerdas cuando estabas al lado de la puerta, esperando a que yo saliera a buscarte? Siempre te preocupó ese bulto en mi pecho, creías que debía ir al doctor y yo no prestaba atención, creí que ibas a estar allí siempre para tragarte mi dolor.

Sabes que soy un idiota de grandes proporciones pero siempre encontrabas algo de lo que pudiéramos hablar sin insultar mi inteligencia. Supongo que él entiende mejor a Heidegger que yo.

Supongo que él es mejor contando las arrugas de tus vestidos.
Ella se fue y yo me quedé. Pensé en ir a lo profundo de un bosque y perder allí mi memoria pero olvidarla es casi tan imposible como pensar que puedo amar a alguien más de la misma forma.

¿Sabes algo? Cuando veo las luces de un auto brillar en la oscuridad de una autopista creo que viene por mí. Estoy seguro de que es la muerte que me encontró más fácil de lo que siempre quise admitir. Por un segundo me tranquilizo y suspiro profundo. Sé que es lo mejor. Eso tal vez al fin detenga el tic tac que ya no puedo soportar más.

Pero, el auto continúa sin golpearme y me quedó parado allí, en la mitad de la nada preguntándome cuándo termina esto y cuándo al fin podré ir a casa. Nena, no te puedo pedir que vuelvas.

Ya sé cómo eres con aquello de los caminos recorridos, pero al menos no te olvides de leer mis poemas, sabes que son sólo para ti. Trato de mejorar cada vez pero son las lágrimas, nena, las lágrimas las que no me dejan mirar mejor las palabras.

Quiero ser fuerte como tú, pero siempre fui un cobarde. Quizás por eso te marchaste. El río corre rápido y el agua que me moja no es la misma de ayer. Tú eres una actriz estrella en Broadway, yo no logro que ningún editor lea mis guiones. Tal vez es cierto: no somos el uno para el otro.

Dime tú, pequeño, qué puedo hacer entonces. Si no es con ella entonces a quién debo pedirle que me enrede el cabello y que me cuente que la lluvia sí deja de caer. Detesto el sol, pero no tampoco puedo soportar las gotas de agua cayendo sobre mí. Es demasiado cliché ¿no te parece? No soy Gene Kelly, no soy nadie y por eso estoy aquí solo.

Corazón ya deja de latir a ese estúpido ritmo, ya deja de palpitar para que te escuche, ella está lejos y el sonido de los tambores como el que tú haces ya no la seduce. Quédate callado que la molestas mientras vive tranquila, mientras es feliz.

Alma deja de rondar de una buena vez. Descansa un poco y duerme para que también yo descanse, permite que se vaya, deja que sea feliz con él, aunque no sea más alto que yo, aunque no sepa hacerla reír.

Nena feliz, nena amable, nena inteligente y preparada. Eres eso y más y yo sólo quiero algo que no puedo tener. Tú puedes hacer que todo esto se vaya de mí y no estás. No estás, nena egoísta, nena caprichosa, nena melodramática ¿dónde estás, querida, dónde te metiste traviesa?

No sé qué más hacer. Quiero que seas feliz, pero prefiero que mueras de una buena vez y así ambos estaremos tranquilos. ¿Y es eso justo contigo? Seguro que no, pero, ¿es justo conmigo? No sé, tal vez lo que necesito es recuperar el sentido común que se fue contigo. Espero que vuelva a mí antes de que sea tarde.

Pero, ese reloj sigue sonando, tic tac, tic tac, nena y no sé qué hora es. Dime tú, pequeño. ¿Ya va a terminar? ¿Esas luces en la autopista me buscan? Ojalá que sí, un reloj sin manecillas es como un corazón roto, nunca para y siempre sabes que está allí, tic tac, tic tac.

3 comentarios:

QUASAR9 said...

Feliz Navidad

Anonymous said...

feliz navidad fofo me gusto mucho este escrito espero sigas escribiendo y aunque ya no nos veamos voy a seguir rondando por ahi para ver como van tus cosas.
kisses

Anonymous said...

Debo reconocer que prefiero no leer, es perjudicial para mi, sabes que siempre terminas robandome lagrimas, a veces pocas a veces muchas, por ejemplo ahora, pero con todo y eso a veces me arriesgo y paso por aqui, porque se que al final siempre me voy queriendote mucho más y se que mi nombre sobra xq finalmente sabes quien soy...
AHhhh y todavía recuerdo la visita al médico.