Pensamientos de un simple hijo puta sobre una chica que debió ser beat
(Cassiopea)




Nunca aprendí bien las lecciones que la vida intentaba darme así que cuando el peligro de perder la cabeza y caer redondo como una pelota de fútbol ante alguna idiotez es latente, lo único que me queda es aceptar mi destino y entregarme a él de brazos abiertos. Mi abuelo decía que era cosa de hombres asumir las consecuencias de todos tus actos y hasta los de los demás.

Por eso nunca entendí muy bien qué era eso que me decías de tener cuidado de en dónde ponía mis pies. Por eso sin pensarlo mucho besé el suelo que tú anduviste y por eso me tienes aquí, como tu perro faldero, ladrando y moviendo la cola para que me acaricies, para que me des una manta impregnada con tu olor sobre la cual dormir.

Y es que eso es lo que soy ahora. Tu mascota favorita. Tu vestido de cóctel. Tus buenas notas en la universidad. Soy todo lo bueno que te pueda ocurrir y todas las maldiciones piratas que puedan soportar tus hombros.

Soy todo para ti y al tiempo eres todo para mí. Porque el mundo es uno cuando estamos juntos y no hay nadie más en él. Y el universo es una gota de alcohol sobre la lengua de algún poeta que narra nuestra historia.

Porque nunca supe qué era eso de tener cuidado y mirar a ambos lados al cruzar las calles es que contigo caigo redondo como pelota de fútbol. Y si me lo pides nado en estanques de pirañas para recuperar el anillo que dejaste caer al fondo.

Porque así de tonto estoy por ti. Te seguiría descalzo por el filo de una navaja y me tragaría tus miedos, tu cáncer, tus pesadillas a media noche para que estés siempre en paz.

Porque eres la chica que rompe mis paradigmas. La que chica que congela mi vodka con los ojos y la mujer que me hace aullar a las ventanas su nombre hasta que se asoma a pedirme que lo haga más fuerte, que la luna no me oye.

Si algún día tuviese que dejar de amarte me inyectaría veneno entre las costillas para morirme con el dolor de no poder tenerte jamás de nuevo. Sin ti soy como un perro sin amo. Soy un astronauta sin espacio. Soy John Lennon sin los Beatles.

Y es que eres la clase de persona que, si sacara el tiempo, dominaría el mundo. Eres una mina de diamantes en Sierra Leona, eres un político honesto. Eres quien le puso precio a mi cabeza y eres por quien vendí mi alma al diablo. Eres de quien hablaba Bukowski. Eres la razón de que la gente se lance de cabeza desde las estrellas para estallar como globos de agua contra el suelo.

Eres el motivo de que no esté en una tina con las venas abiertas y eres el motivo de mis libros. Eres mi musa y mi única inspiración. Eres quien odia lo que amo así que yo también lo odio. Eres mi amiga, mi amante, mi dios, mi meditación guiada. Eres el dolor de estar quemado, eres mi sueño salvaje hecho carne y verbo.

Eres la música de Zeppelin. Eres una bala de cañón disparada a mi estómago. Eres un ave en un cable. Eres el tráfico en la China. Eres la balada de Django.

Sí, eres sobre quien escribía Bukowski. Eres una chica que debió ser beat y que este simple hijo de puta sólo puede vivir para amar. Eres a quien espero venga vivir conmigo en el mundo que es, recuerda, sólo de los dos y que sin ti no sería más que un mal poema que nunca quiero leer.

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