10-15 en noche de sábado



Todo lo que se oía era 10-15 en noche de sábado y luego el drip, drip, drip de las gotas de lluvia cayendo sobre el pavimento. La noche olía a humo de cigarrillo y, de pronto, un poquito a café negro, aún sin colar.

El drip, drip, drip de las gotas rompía la noche, roja por la luz del farol. Debajo de él una puta suspiraba. Hacía calor porque la lluvia era caliente. La noche roja y la puta roja, también.

Me dijo “soy Roxanne y ando buscando un tipo de buen corazón que me lleve a ver a mis hijos a París”. Le dije que yo no era ese, que París estaba al otro lado del mundo y que solamente quería cerrar los ojos y escuchar las gotas de lluvia y 10-15 en noche de sábado.

Un gato gris me ofreció un trago de vodka y me dijo: “Tenga cuidado, amigo, hay un león suelto por ahí. Dicen que tiene hambre, pero como aquí no hay nada que comer, de pronto se lo come a usted”, y se marchó. Creo que iba cantando algo sobre el socialismo.

La puta se sacó un paquete de cigarrillos del escote. Mientras buscaba el encendedor en su bolso de cuero de cocodrilo recitaba un poema de William Blake. Primero bajito, como susurrándole a alguien a su lado. Luego más fuerte y más y más fuerte.

Yo la miraba mientras me bebía el vodka que me había pasado el gato gris. Gatos borrachos. Qué locura. La puta gritaba y gritaba a Blake. Abría los brazos y giraba y las gotas de lluvia caían sobre ella. La patrulla repetía 10-15 en noche de sábado.

Se ponía a llorar con Blake en la garganta. Luego se reía y giraba, con los brazos abiertos. 10-15 en la noche de sábado que olía a cigarrillo y a café negro aún sin colar. Un trago de vodka, la noche roja. Leones hambrientos y putas poetizas.

Yo no tenía a dónde ir. La ciudad y yo allí parado, escuchando a Roxanne, queriendo llevarla a París, queriendo pedirle un poco de su cigarrillo. Queriendo respirar un poco de su poema.

Pero no hice nada. No tenía a dónde ir. El león con hambre y sin qué comer, el faro, la luz roja, la esquina. Un vodka para los muertos, un vodka por los muertos. De nuevo el gato borracho. Me ofreció un paseo por los tejados y le dije que no. Se fue cantando algo sobre el socialismo.

¿Qué decía ese cartel? Algo sobre el Rock ‘n’ Roll. Algo sobre largarnos de allí. Quería un cigarrillo, pero todos estabamos muertos ya y 10-15 en noche de sábado.

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